En el bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El
lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los
cerditos decidieron hacerse una casa. El pequeño la hizo de paja, para acabar
antes y poder irse a jugar.
El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su
hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él.
El mayor trabajaba en su casa de ladrillo.
- Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó
a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.
El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió
hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja
derrumbó.
El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que
corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y
la casita de madera derribó. Los dos cerditos salieron corriendo de allí.
Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones,
llegaron a la casa del hermano mayor.
Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las
puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún
sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado,
para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con
agua. El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre
el agua hirviendo y se escaldó.
Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se
oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito.
Martí, M. (2011). Los tres cerditos. España: Combel Editorial